En el día de hoy se estrena un programa televisivo llamado “Cazaherederos” y es posible que te hayas preguntado por el significado de esta figura. Para esto, deberíamos explicar antes la profesión del genealogista sucesorio.
El objetivo de la Genealogía Sucesoria es la localización de los familiares de una persona fallecida que tengan interés legítimo en la herencia. Esto ocurre cuando una herencia queda pendiente de tramitar, lo que denominamos herencia yacente, por desconocimiento de los llamados a heredar.
Cuando una persona fallece sin herederos conocidos, se produce un abandono de sus bienes: viviendas, cuentas corrientes, vehículos, etc. Dicho abandono se traduce en problemas de toda índole, como son las deudas con la Comunidad de Propietarios, con Ayuntamientos y con terceros, la insalubridad de la vivienda, el peligro de incendios de inmuebles y vehículos, la posibilidad de ocupaciones ilegales y muchos otros.
En estos casos, el genealogista sucesorio se encarga de realizar una investigación para poder elaborar un árbol genealógico, que es una representación gráfica de la familia como conjunto de personas con lazos generacionales. Gracias a este trabajo, se descubren a las personas con derecho a heredar de un familiar fallecido.
Es aquí cuando entra en juego el papel del llamado “Cazaherederos”, un abogado que contacta con los herederos para hacerlos conocedores de sus derechos y para ofrecerles los servicios del despacho en la tramitación de herencia.
En ocasiones, en la prensa se ha hablado de estos despachos de abogados como “caza herencias”, pero realmente no es un término apropiado para denominarlos.
Este tipo de servicios benefician a múltiples actores, más allá de los herederos que perciben la herencia de un familiar. Por ejemplo:
Administradores de fincas que consiguen saldar la deuda del causante con la Comunidad de Propietarios;
Vecinos que ven también saldada dicha deuda y extinguido el riesgo de ocupación, incendio o insalubridad de la vivienda abandonada;
Notarios que pueden informar a los herederos en casos en los que les falten cumplimentar el árbol genealógico para ser declarados herederos;
Administración del Estado, que conseguirá depurar los casos en los que tendría derecho a heredar por no existir familiares con mejor derecho;
Otros acreedores del causante o de la herencia yacente;
Posibles interesados en la compraventa de un inmueble, que vuelve al mercado inmobiliario;
Etc.